El cerco de Artajona, en Navarra. Una de las fortificaciones medievales más importantes de la zona centro de Navarra, consta de un recinto amurallado del siglo XII, con nueve torres de forma cúbica y almenadas, de las catorce con que contaba, unidas por lienzos de sillería. El elemento más importante es la iglesia-fortaleza de San Saturnino (Bien de Interés Cultural), del siglo XIII y que tiene una particularidad que es su tejado invertido. La total escasez de agua en las cercanías y por tanto, la dependencia del agua de la lluvia en el interior del Cerco (un lugar con pluviometría baja), hicieron necesaria la construcción de la iglesia con la doble finalidad de la recogida del agua de lluvia. Así, el tejado, único en el mundo, recoge el agua de la lluvia y ésta desciende hasta un aljibe subterráneo situado en el interior de la iglesia-fortaleza. La construcción se completa un siglo después con la construcción de una torre prismática (siglo XIV) utilizada como vigía y campanario, y dotada de unas mazmorras en su base.